10º ANIVERSARIO DE ESCUELA SAL
Mesa Redonda, Terapia de Vida, participan Pepa Campos, Dalia Plaza, Ana León y Pedro de Casso.
Hace 9 años que me enrolé en este barco. Me subí a él habiendo tocado fondo y con un gran vacío existencial. Mi alma estaba rota y mi cuerpo con 10 kg menos que ahora.
Me resistía a subir a él hasta que seguí los consejos de mi amigo Rafa.
Partí en este barco llamado Sal rumbo al encuentro con mi interior, con mi ser. Hubo días de duras tormentas, días en que se vislumbraba entre las nubes que el sol saldría, días despejados donde el viento soplaba en mi rostro y me sacaba una sonrisa, días de incertidumbre y dudas, días donde tenía muy claro por donde continuar el rumbo y qué velas izar para que la navegación fuera certera y tranquila.
Este barco lo sabe todo sobre mí, conoce mis luces y mis sombras, mis agujeros negros, mis asuntos inconclusos, mis patrones, neurosis, mi ego, cómo proyecto en los otros lo que no acepto en mí, cómo me trago cosas aun haciéndome daño, la dificultad que tengo en pedir, cómo no cuido a mi niña, cómo paso por encima de mis necesidades, cómo empecé a forjar mi carácter para que papá y mamá me quisieran, vinculándome con todos los que me rodeaban; y de igual modo, empecé a mirar el mundo con mis gafas y a relacionarme con mi careta.
Poco a poco, a mi ritmo, según iba pudiendo, empecé a darme cuenta, a tomar conciencia, a escucharme, a estar conmigo en silencio sin sentirme sola y se iban produciendo cambios en mi interior.
Todo ello acompañada por la Capitana de este barco, Ana, para continuar con la Maestre Belén, junto con otros oficiales que me ayudaron a abrir los ojos y el corazón; Pedro, Alfonso, Fermín, Ángel, Enrique, Antonio, Peter, Dalia, Rosa, Carmen y mi querida Vivi (un recuerdo especial para tí, donde estés).
Recordar a todos aquellos que se enrolaron conmigo, los marineros, sin vosotros no hubiese visto mucho de lo que hoy he traído a mi consciente.
El camino ha sido duro. Quienes nos enrolamos en este barco somos unos valientes.
Aquí y ahora os puedo decir que me encuentro con paz interior y tranquilidad.
Mencionar a mis ancestros, a mi familia de origen, a mi familia actual Begoña, Cristina y Ángel, a mis amigas (sabéis quiénes sois). Vosotros me acompañais en mi navegación día a día.
Mi querida escuela, mis queridos terapeutas, gracias por acompañarme en éste mi camino hacia la luz, toma de conciencia, autoapoyo y autocuidado.
Siempre en mi corazón.
Begoña G.