Alguien dijo; » el ser humano solo es verdadero cuando está solo».
Creo que fué Antonio Machado.
Cuando nos ponemos delante de un grupo en silencio, solo ante las miradas de los demás, lo primero que aparece, si no estamos acostumbrados a estar en público, es el miedo.
Se activan todas las autodefensas al ser observado, temiendo ser juzgado, cuestionado , o no ser aceptado …
Aparecen las corazas, estrategias corporales la mirada el cuerpo todo se prepara para ser juzgado por el otro.
Como un erizo sacamos nuestras púas para protegernos y defendernos o como pavo real abriendo las alas mostrando nuestro encantos y talentos.
Todo esto suele ir cargado de mucha falsedad provocada por la angustia de ser descubierta nuestra intimidad y vulnerabilidad y poder ser rechazado o dañado.
En el teatro a través de un ejercicio de conexión, al salir a escena podemos observar nuestros mecanismo de defensas, como se despiertan nuestros diferentes «yoes» y estando en una alerta relajada descubrir los diferentes personajes que van apareciendo, con sus disfraces ,estrategias y formas, que nos alejan de nuestro verdadero» yo» desde una observación honesta con uno mismo aclarando los diferentes filtros de personalidades para ir encontrando una cierta quietud
que nos acerca a un supuesto YO más verdadero desde una mirada interna honesta y de contacto intimo.
Al experimentar esta experiencia a lo largo de un tiempo podemos encontrarnos un poco más cerca de ese supuesto «Yo» que iremos revelando y como decía Frizt Perls Iremos pelando las diferentes capas de cebolla para llegar llegar o acercarnos al centro de nuestro verdadero Ser.
Escrito por: Caco Castrelo Delgado Terapeuta Gestalt, actor y director de Teatro, formado en Escuela Juan Carlos Corazza para el actor. Profesor de Teatro Terapéutico en Escuela Sal Gestalt de Jerez
